Los individuos deben ser protegidos sin tener ninguna consideración distinta a su dignidad como seres vivos. Estigmatizarlos demuestra una profunda estrechez mental y un desconocimiento de la hermandad humana universal.
Las expresiones xenofóbicas hacia los migrantes venezolanos, que están tomando cada vez más fuerza en muchos sectores del país, no hacen sino agravar el sufrimiento y la desesperanza de estos seres humanos que lo han perdido todo y que lo único que desean es tener para ellos y sus familiares el derecho más elemental al que puede aspirar un ser humano: una vida digna.
El estigma es un conjunto de prejuicios que tienen algunas personas en contra de otras porque las consideran contrarias a su sistema de creencias o a los paradigmas construidos sobre lo que es o no aceptable. En la persona que recibe la discriminación se genera una serie de reacciones psicológicas y emocionales secundarias a la estigmatización que sufre su dignidad como humano.