Al 13 de enero del 2021, contra el virus que provoca la Covid-19 han sido vacunados un total de 29.780.853 personas en el mundo. Es una esperanza, una luz al final del túnel, que permitirá superar una de las pruebas más complejas que hemos vivido los seres humanos en los últimos cien años. Pero los expertos epidemiólogos consideran que para adquirir la inmunidad de rebaño y volver a los mismos niveles de relación previos a la pandemia, se requiere que se inmunice (vacune) entre el 70% y el 90% de la población. A todas estas, ¿cómo estamos en Colombia? Según la información suministrada por el Ministro de Salud y la Protección Social, Fernando Ruíz Gómez, las primeras dosis se estarán aplicando en febrero del 2021. Son varios los retos que se deben superar para cumplir con el objetivo de vacunar a la mayoría de la población con mayor exposición y vulnerabilidad para esta infección.
Una de las mayores dificultades que debe afrontar el sistema de salud colombiano –como también está sucediendo en otras partes del mundo– son los mitos derivados de la sobreinformación acerca del virus, como su inexistencia, el miedo a ser controlados por la implantación de microchips a través de las vacunas, los efectos secundarios que se puedan presentar tras la inoculación y, finalmente –aunque hay muchos más argumentos–, la existencia de una empresa criminal orquestada por la ONU (Organización de Naciones Unidas) y la OMS (Organización Mundial de la Salud), que busca reducir a la mitad la población mundial. Entonces, al ser bombardeadas por tanta información sin ningún tipo de sustento científico, muchas personas experimentan el miedo natural a perder la vida o a ser manipuladas por desconocidas fuerzas planetarias.
El resultado se ve reflejado en la Encuesta Pulso Social (EPS), realizada y publicada a finales de diciembre del 2020 por el DANE. Este instituto interrogó a 11.000 colombianos en 23 ciudades del país para saber si estarían dispuestos a ponerse la vacuna contra el coronavirus. El 55.8% dijo que sí lo haría, ¡pero un 44.2% manifestó todo lo contrario! Este es un porcentaje muy importante de compatriotas que deben ser tenidos en cuenta por el sistema de salud cuando se llegue el tan esperado día de la vacunación masiva. Ya en algunos países se está planteando la posibilidad de que su aplicación sea obligatoria –para alcanzar la inmunidad de rebaño-; sin embargo, de ser así, ¿dónde queda la libertad individual para decidir sobre la propia vida? Es un debate necesario que se debe dar en cualquier estado democrático.
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