Después de permanecer durante 75 días en confinamiento en casa y en estricto aislamiento social, me aventuré a tratar de retomar de manera paulatina algunas rutinas de mi vida “anterior”. Estrenando tapabocas y tomando todas las medidas de protección, fui al supermercado. Mientras trataba de acomodarme el nuevo adminículo que me cubría parte de la cara, pues sentía que me ahogaba, hice un pequeño carraspeo. Inmediatamente me sobresalté, porque detrás de mí, una señora lanzó un alarido, salió despavorida para donde alguien que la acompañaba y le dijo: “Vámonos de por aquí; ese señor está tosiendo y nos puede infectar”. Hay una expresión muy popular que se dice cuando una persona siente mucha vergüenza: “Trágame tierra”. Y eso era lo que yo más deseaba en ese momento, porque las miradas de las otras personas que estaban en el almacén apuntaban directamente hacia mí.
La actitud de esta señora y el temor de algunas otras que estaban a su alrededor es uno de los más graves problemas que han aflorado durante esta pandemia de la Covid-19. Gente que ha padecido la enfermedad es rechazada por sus comunidades e incluso se ha visto agredida, como sucedió recientemente en un municipio del caribe colombiano. ¡Y qué decir del personal de salud! Muchos médicos han sido amenazados y atacados por familiares de pacientes que han fallecido, y hasta algunas instituciones se han negado a atenderlos “porque pueden ser trasmisores de la enfermedad”. La situación es similar en muchas partes del mundo; tanto es así, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado una alerta para que entre todos evitemos el estigma, como se ha denominado esta situación.
La OMS, al respecto manifiesta que “el estigma, que consiste en discriminar a un grupo específico de personas, un lugar o una nación, está asociado a la falta de conocimiento acerca de cómo se propaga la enfermedad, la necesidad de culpar a alguien, el temor a las enfermedades y a la muerte, y a los chismes que fomentan rumores y mitos…”. En consecuencia, agrega que “es importante terminar con el estigma para hacer que todas las comunidades y los miembros de la comunidad estén más seguros y saludables”. El día jueves 9 de julio hicimos el lanzamiento de La Red Internacional para la Reducción del Estigma (RED-ESTIGMA); profesionales e investigadores de los países iberoamericanos nos hemos congregado para entregar información científicamente validada, y así evitar la repetición de un momento tan lamentable como el relatado al inicio.
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